Hemiliano se acostaba todas las noches en el sillón blanco de la sala grande..ese sillón te hacía sentir que el techo estaba muy lejos, que había mucho aire en el medio para poder ser respirado sin tener la remota posibilidad de ahogarte nunca. Él dormía adentro de mi bolsa de dormir, y yo del otro lado de la pared. Nos separaban dos ventanales que no se podían abrir, ese lugar fue mi primer paraíso, lo apodé la pecera, me acostaba en mi cama doble y charlabamos a través del vidrio, nos costaba escucharnos así que gritábamos.
Por las noches él se conectaba a su música con sus auriculares, yo escuchaba Beck - Everybody gotta learn sometimes, era mi loop preferido del momento…una y otra vez esa canción sonaba hasta convertir a Hemiliano en adicto, no podía dormir sin ese susurro de fondo..
Dormiamos hasta tarde..al mediodia levantaba las persianas, eran tan altas y viejas que lo hacían sentir el peso de mis angustias. El sol me golpeaba la cara lentamente, empezaban a aparecer esos días de calor agradable…desayunábamos acostados de mi lado del departamento y nos parecía que la soledad desaparecia….
No hay comentarios:
Publicar un comentario